Picarones o Buñuelos

Si hay algo del que nos sentimos orgullosos los monsefuanos, es ese bendito don que Dios nos ha regalado para elaborar potajes culinarios que hasta los más formales comensales "se chupan los dedos". Nuestros hombres y mujeres tienen esa envidiable virtud para que esos ceviches, el pepián de pavo, arroz con pato y otros platos, sean el deleite de los turistas. Y para redondear la faena gastronómica, también somos buenos con uno de los dulces "bandera" de la nación, los deliciosos "picarones".
Doña María es nuestra representante. Lleva 32 años produciendo ese postre que resulta de la mezcla de puré de camote, zapallo, harina de trigo, levadura y algunos otros secretos personales. Toda esa masa un tanto amarillenta, que ella llena en un balde, le da forma de rosca con sus hábiles dedos. Moja sus manos con agua y con los cinco dedos juntos toma un poco de masa que suelta hacia la paila con aceite caliente. Antes que esa porción entre en contacto con el aceite, ella usó el pulgar en forma instintiva para hacer el hueco de la rosca, que en escasos minutos se fríe. La porción de cinco picarones se sirve acompañado de un jarabe preparado con antelación.Ese sacarino acompañante tiene chancaca, azúcar, clavo de olor, canela, y es hervido en hojas de higo. Además tiene un misterioso perfume de anís. Dos soles vale la porción, y muchos repiten. El sabor, color y textura de los picarones son inigualables, por eso vale la pena repetir la porción, como mi esposa Sandra que por primera vez los probó y durante los quinces días de sus vacaciones por Monsefú asistió religiosamente todas las tardes al quiosco de doña María para degustar ese exquisito manjar.
Si bien es cierto que este postre procede de España, llegó al Perú durante la época del Virreinato, y en América, tuvo fama gracias a las "negritas limeñas picaroneras" que ofrecían ese dulce en calles del centro de Lima. En una pintura del inmortal Pancho Fierro, que data de 1850 se aprecia a las "picaroneras" haciendo gala de su arte. También don Ricardo Palma, en sus "Tradiciones Peruanas", menciona en uno de sus pregones "a las dos de la tarde, la picaronera, el humitero, y el de la rica causa de Trujillo".